Por Miguel Santana.
El campeón de la paciencia está descansando. Atípico es escuchar el sonido de su voz en versión serena, sentado sobre el sofá donde tantas veces trazó su camino a la gloria, sabiendo que cualquier imperfección cambiaría por completo la ecuación triunfante. Al hablar, suena como aquel adolescente soñador, que en el Colegio San Vicente de Paúl comenzaba a darle valor al balón. Su nombre: José María Morr.
Hace nada, Metropolitanos conquistó su primera estrella en Venezuela, bordada desde que asumió la conducción técnica de un club que, hasta su arribo, ni cerca había estado de trascender en una escala superior a lo medio. Pero, en las mentes sagradas de quienes apelan a la premisa del trabajo, solo hay espacio para creer y desde ese punto, crear. Saber lo que hacía fue clave siempre.
Su ascenso fue progresivo: 2019 competitivo, 2020 con clasificación a Copa Sudamericana, 2021 combativo y reeditando el cupo internacional y 2022, año de consagración sin precedentes, de título y pasaje con libertad al fútbol de verdad. Los caraqueños se codearán ante inmensos elencos del continente, listos para brillar.
“A lo largo de todo el campeonato, tuvimos un rendimiento bastante regular, salvo una derrota por 3-0 en San Cristóbal y una caída en casa 0-2 ante Academia Puerto Cabello, aunque llegamos a tener el balón durante gran parte de ese encuentro. La clave de ser campeones fue haber sabido jugar el cuadrangular, aprovechando cada una de las oportunidades que tuvimos”, reflexionó sobre todo lo que ha podido conseguir.
Morr es amor por su labor. Es uno de los tipos más autoexigentes de todo el fútbol venezolano, caracterizado por la rigidez del carácter que muestra el personaje dentro de la cancha, aislado en demasía de su persona corazón adentro. Una cosa no tiene nada que ver con la otra, pero ambas, se complementan para darle sentido a su identidad. Todo debe estar en orden, claro, sin fallas y fundamentado en la pasión.
La realidad del cuadro con sede en la Universidad Santa María tiene que ver con dos visiones. Primero, mantener la columna vertebral del elenco violeta será importante en aras de la sostenibilidad del proyecto deportivo, pero entonces entra en escena la parte dos: hay interés en contratar los servicios de algunas figuras y no cortar el desarrollo de quienes apuestan por crecer, es parte del bien vivir. El líder de la tropa sabe que cuenta con gente que puede seguir sus ideas, pero él no perseguirá a nadie cuando se trate de abrir puertas hacia mejores rumbos. Por eso, ha sido clarísimo.
“A tipos como Larotonda, Ferro, Fuentes y demás, es lógico que puedan llegarles propuestas para que sigan creciendo en el extranjero. Nosotros queremos que todos permanezcan y seguirlos fortaleciendo, pero como institución debemos sentirnos orgullosos del trabajo que han venido ejecutando. Profesionalmente, es mi deseo seguir triunfando con ellos”, agregó, como lo hacen los líderes quienes dimensionan la relevancia de aquellos que respaldan cada manera, sabiendo que sumar es la premisa.
A días de comenzar el Mundial Qatar 2022, José María Morr ha sido citado para colaborar con un canal nacional en lo que al análisis de los compromisos se refiere. ¿Sus favoritos? “Argentina y Brasil tienen para ser campeones y me inclino más por Sudamérica, aunque selecciones como Francia, Bélgica y Países Bajos, debemos tomarlas en consideración por su capacidad de crecer sobre la marcha”. Y si alguien sabe de crecimiento, es quien, desde los cimientos de su aventura como solista, luego de un largo camino aprendiendo y emprendiendo, hoy es el nuevo rey.
