jueves, noviembre 14, 2024
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Contundente y pa’ que respeten

Por Miguel Santana – @santanadeportes.- Tenía 16 años cuando, Leonardo, mi hermano; Carmen, mi tía y yo, nos fuimos caminando a las 11 de la noche desde el sector nueve de la populosa Caña de Azúcar hacia el Estadio José Pérez Colmenares. Ese trayecto, a pie, dura 25 minutos y en mi adolescencia, hacerlo era una de las cosas que más disfrutaba realizar. Aquella noche, improvisamos una cava con bolsas negras, echándole hielo y unas 10 cervezas para el camino. Estábamos compartiendo entre familia mientras veíamos el cuarto juego de la final entre Tigres y Magallanes, que ganaron los carabobeños en su patio. En vista que habría un quinto duelo y que este se desarrollaría en Maracay, no queríamos quedarnos sin presencia en el lugar. Al llegar a las afueras del histórico recinto deportivo aragüeño, había mucha gente haciendo cola para comprar entradas al día siguiente, así que nos quedamos, hasta que el mayor de mis hermanos, cansado, tomó un taxi hacia su casa y el resto, permanecimos en dicho sitio. Él era quien ponía los billetes y yo, un muchacho ilusionado, que soñaba con ver a su equipo coronarse en casa ante un clásico rival. Recuerdo haber dormido sobre un cartón e intercambiar guardias con mi compañera, hasta que, a eso de las 10 de la mañana y en medio de un absoluto desorden, abrieron las taquillas e inició la venta de boletos para dicho choque. Tardé unas tres horas en cumplir la misión, aunque no como quería, porque en mis planes estaba adquirir sillas centrales y debí conformarme con laterales, pues rápidamente se agotó esa localidad.

TIGRES DE ARAGUA

Regresé a casa como a las dos de la tarde y apenas tuve tiempo para dormir, levantarme, bañarme, alistarme y tomar un taxi al estadio, esta vez acompañado de Gioconda, mi madre; Nani, mi hermana y el que permitió que todo fuera posible, Leo. Carmen es caraquista, así que solo fue por acompañarnos y hacer el favor a su gente. Entramos al sitio temprano, ocupamos nuestros asientos y presenciamos uno de los mejores espectáculos que cualquier aficionado de la pelota haya podido ver. Intacto tengo el recuerdo de la gente yéndose en la parte baja del noveno, porque aquel marcador de 10-3 parecía irremontable. Debo ser sincero y contar la razón por la que nosotros no abandonamos, pues la intención no es ser más tigrero que nadie: mi hermano y yo estábamos tan borrachos, que solamente esperábamos que los demás se fuesen alejando, ya que así tendríamos espacio para caminar y evitar una maniobra infructuosa, pero alguna razón nos hizo abrazarnos y ante la burla de algunos aficionados rivales, empezar a gritar “¡sí se puede! ¡sí se puede!”. Una magallanera, por cierto, hermosísima, nos veía y decía “griten muchachos, sí se puede, vamos” y nosotros, en medio de aquella borrachera, reíamos y disfrutábamos un gran momento.

beisboladentro.blogspot.com: Tigres de Aragua: El equipo de la década

Cuando Alex Romero conectó ese legendario doble y vi que, ni Endy Chávez, ni Erold Andrus, iban a llegarle a la pelota, me puse a llorar como loco y abracé a Leonardo de tal manera, que ninguno de los dos podríamos creer lo que había pasado. A los 30 segundos, nos acordamos que teníamos mamá y volteamos a ver dónde estaba Gioconda, hasta que vimos a una doña volando entre los brazos de un policía que no podía esconder su euforia, y se trataba de la mismísima amada señora; Nani también estaba feliz y luego de una fantástica celebración, todo terminó a las siete de la mañana, cuando, después de acostar a las mujeres en el hogar materno, Leo y yo nos fuimos hasta su casa, a descansar con las camisas del equipo llenas de todo un poco.

Al despertar, casi en la noche, lo primero que quise fue ver la repetición de ese mágico momento, y me encontré con una frase que considero célebre: “¡llámenlo dinastía!”. Su autor: Fernando Arreaza Ortega, un narrador venezolano de descollante talento. Si eres tigrero y estás leyendo esto, sabes perfectamente lo que se siente al escucharla. Ese día, aquel profesional de la comunicación se ganó mi afecto, aunque si evaluamos el criterio, fue más por un tema de sentimiento por la causa que de valor laboral, aunque, para un tipo que estaba aún en el liceo, solo ese parámetro tenía validez.

https://www.instagram.com/reel/C09ufTkp2Cg/?igsh=MWV4NG1lMnhpa3hldQ==

Con el tiempo, se convirtió en mi narrador frecuente y preferido, junto al señor Alvis Cedeño. Ver un partido en Venevisión, significaba calidad en su máxima expresión. Meridiano competía y nuevos canales abrían puertas a estilos diferentes, solo que, a efectos de la expresión sincera, no es nada fácil sostenerse por casi tres décadas en un altísimo nivel, como lo hace el personaje a quien hago referencia en esta nota, quien ha hecho vida en varios medios tanto dentro como fuera del territorio nacional. Habría que tomar en consideración ciertas cosas: cuando Arreaza era joven, tenía talento para jugar béisbol, pero más para narrar. Comenzó como lo hacen los grandes relatores, a pura pasión, grabándose, exhibiendo cualidades delante de sus amigos y disfrutando todo.

Los dejó estupefactos! Fernando Arreaza desmiente a cuenta beisbolística de twitter - El Fildeo

Pero la verdad es que, mi gran sorpresa tuvo espacio meses antes de esas gloriosas dos palabras, cuando, después de escuchar las angelicales voces de Il Divo y Toni Braxton al inicio de Alemania 2006, Fernando apareció en el canal de la V narrando fútbol. “¿Qué es esto?”, me preguntaba. Porque no sabía cuál de las dos versiones me gustaba más. Entonces indagué y me di cuenta que no era la primera vez, porque su experiencia se acumulaba en una gruesa carpeta. Por algo, Carlos Alberto Hidalgo lo bautizó “el recio”, refiriéndose a un tipo de labor fuerte, robusta y rigorosa. Un crack.

VENEVISIÓN TE LLEVA CAMINO A BRASIL 2014 | Rumberos

Más allá de eso y en el cumplimiento de una función investigativa, encontré a un redactor llamado Fernando Arreaza, quien, por muchos años, escribió para el diario Notitarde y otros medios digitales, con la claridad de un tipo con buen manejo del verbo e impecable ortografía. Y ni hablar de la pelota que impactó sobre la cabeza de Erick Aybar, cortesía del elevado que Henry Blanco dio en el escenario donde la magia nos hace alucinar, nada menos que ese lugar llamado José Pérez Colmenares, donde un año antes de la experiencia contada en el primer párrafo, la voz de Fernando había aparecido para rugir por Venezuela en la Serie del Caribe 2006. Si eres caraquista y estás viendo esto, sabes de qué hablo.

Narrador deportivo Fernando Arreaza: el 85% de mi rockola es rock

Ha pasado tanto tiempo, que quiero “observar cuidadosamente cada seña”, porque este escrito “inicia sus movimientos” en este “momento de verdadera presión y emoción”. Resulta que ahora, hay algo que “no puede ser, pero sí lo es, sí lo es”, y es que ciertos piratas, navegantes en el mar de la ignorancia, que grandes añoran ser, pero creen que llegar a la cima es cuestión de apedrear a quienes han construido un legado, se sienten con derecho a traspasar la línea de lo permitido, como pensando que con así serán reyes del paraíso cibernético prometido. Muchachos, “doble play la jugada”, ustedes hacen que la cuenta llegue al límite y en este 3-2, les quiero pedir parar. “Fuera allí”, que nadie tiene derecho a imponer criterios desde la descalificación y ofendiendo. “Olvídenlo”, porque están hablando de alguien que lleva años en el negocio y es parte de la mismísima industria, ganándose el respeto no solamente de los protagonistas, sino de aquellos quienes se convirtieron en leyendas.

Unión Radio on X: "Fernando Arreaza, la voz recia que se ganó un espacio en el corazón de los venezolanos https://t.co/14ICdVqAWS https://t.co/P88OAm414l" / X

Si concebimos al deporte como una herramienta educativa, necesario resulta comprender que siempre, alguien será superior a ti; que no todas las veces estarás en la cima y que, por encima de cualquier situación, esto parte de la sana diversión. Antes de ser alguien, seguiste algo y aunque públicamente, Arreaza lleve años ligado profesionalmente a los Leones del Caracas, su polifuncionalidad y ética son inmedibles. Este país está lleno de buenos profesionales y cada uno de ellos ocupa un espacio, respetando a los fanáticos y a su vez, mereciendo eso por parte de todos.

Esta mala causa, naciente en los efectos de las redes, debe concluir. Se terminó la lectura de pelota. Dejen sus opiniones, amplias, contundentes, ¡pa’ que respeten a un tipo cuya única labor ha sido la excelencia alcanzar!

 

 

 

 

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3 COMENTARIOS

  1. 100% de acuerdo, mi narrador preferido a pesar de que como dices está ligado al Caracas y yo soy fanático de las águilas del Zulia.

  2. Si tendría que colocar algún título a mi comentario sobre tú publicación pudiera ser; Sin desperdicio alguno; En honor a la verdad; Mejor imposible; Contigo la dinastía continúa; El heredero de los Grandes; Un verdadero legado de la comunicación está presente. Pudiera escribir muchos más para denotar, que de la misma manera que honras con la verdad y grandeza a quienes describes, por acción mágica e inherente, te bañan de su esencia y quedas impregnado de un verdadero aroma sublime a calidad excelsa humana y profesional que inevitablemente también se hará leyenda solo esperando por el tiempo.
    Definitivamente es un verdadero placer leerte, sigues mostrando el verdadero propósito de la comunicación social para la vida.. Abrazos, mil felicitaciones y bendiciones…

  3. Excelente! Por acertado en el juicio y por la amena redacción. Pero, sobre todo, porque hace justicia a una trayectoria profesional y personal de las mas sobresalientes en el medio comunicacional venezolano.

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