Por Por Ramon Vilageliu.
Hay muchos aspectos que se deciden por simples detalles. Aspectos que a simple vista podrían parecer irrelevantes pero que cobran importancia porque de lo aleatorios que son, deciden cosas que nos ocurren. Por tanto, es importante cuidar hasta el final todo lo que nos ocurre o hacemos, porque, aunque no lo parezca pueden ser importantes en el futuro. Una decisión mal tomada nos puede perjudicar. O hacer elevarnos por todo lo alto. Es por eso por lo que hay que estar atentos al cien por cien de todo lo que pasa a nuestro alrededor. Y cuidarlo. Y mimarlo. Como si se tratara de la joya más bella que nunca haya llegado a nuestras manos. Como una ventaja en el marcador en un partido del Mundial. Porque estos son impredecibles y en un instante pueden cambiar el devenir de un torneo de estas magnitudes. Y no cuidar esos detalles es lo que estuvo a punto de hacer Portugal frente a Ghana. Con 3 a 1 en el marcador tuvo para hacer el 4-1 pero terminó 3 a 2 y pidiendo la hora.
Y es que el corazón de los lusos se paró en los últimos minutos del partido cuando Diogo Costa, el portero del Oporto, dejó un balón al suelo después de haberlo atajado e Iñaki Williams, debutante con la selección africana, casi le roba la cartera y pone un empate que, aparte de sorpresivo, hubiera sido cómico. Pero no ocurrió. Sin embargo, Portugal no cuidó los detalles. Y esto le pudo haber pasado factura. Porque debes hacerlo en los partidos de un Mundial tan exigente como el de Qatar, donde nadie regala nada. Cosa que Costa estuvo a punto de hacer. Y, además, un gol.
Brasil sí que cuidó los detalles. Y vaya si lo hizo. Sobre todo, Richarlison se encargó de poner la certeza en el partido con dos latigazos majestuosos. El primero, después de un rebote. El segundo, después de un control delicioso que se elevó como un cometa y finalmente mandó al fondo de la red con una tijera de campeonato. Primera jornada y ya tenemos uno de los goles de la Copa Mundial. Ver para creer.
Y aquí puede estar la diferencia. En los detalles. Como siempre. En estar cerca y atento. En no dejarlo todo para el final. Como no lo hizo Brasil, pero sí su compañera Portugal.