Fabiany Francia está viviendo un sueño, pero a su vez, podría decirse que está trabajando para cumplir sus más importantes sueños. Carabobo Fútbol Club, elenco del cual es asistente técnico, marcha en lo más alto del cuadrangular B de la Liga FUTVE, con 8 puntos sumados en cuatro presentaciones, estando virtualmente clasificado a la final del Torneo Apertura 2024. Todavía tiene por delante dos compromisos, uno versus Angostura y otro ante Portuguesa, pero a no ser que ocurra algo hasta aquí inesperado, el equipo granate estará en la última instancia.
Hace algunos meses, llegó a territorio carabobeño para sumarse al cuerpo técnico comandado por el español Diego Merino, sacando máximo provecho de esta experiencia, que, sin lugar a dudas, representa la más importante en su joven carrera, pues es primera vez que asume un rol tan cercano a un mandamás de campo. Todo lo mira desde la humildad que le caracteriza, sabiendo que esto apenas está comenzando, pues el futuro pertenece a quienes no saben rendirse.
“Creo que estamos viviendo el momento más importante de la institución en mucho tiempo, porque lógicamente los resultados generan esa ilusión, pero vamos tranquilos, de la mano con un director técnico que, más que un gran profesional, es una persona de primer nivel. Afrontaremos todos nuestros próximos retos con la responsabilidad del caso”, reconoció el joven caraqueño.
Francia voltea y recuerda cómo inició todo en 2011, cuando dejó de jugar fútbol amateur para dedicarse en entero al ejercicio de una profesión en la que capacitarse de manera permanente es algo sagrado. Pasó por campeonatos infantiles, hasta recibir, gracias a Jhonny Ferreira, la oportunidad de estar en Monagas Sport Club en 2016, ejerciendo el cargo de analista táctico y ayudante de campo; José Hernández también ha confiado en su talento, llevándolo a las selecciones inferiores de Venezuela y en su momento, a Atlético Venezuela; Daniel Farías es uno de los nombres que suma a la lista de gente con quienes ha trabajado, hasta que, por cosas del destino, la capital cabrialense se convirtió en su nueva casa, siendo parte de una organización que está a nada de dar un paso inmenso.
“Aquí solo pensamos en crecer, pero no solo en lo deportivo, sino institucionalmente. La armonía que existe en la intimidad del grupo, la confianza que hay por parte del trabajo que lleva a cabo el entrenador y sus cercanos y la compenetración en líneas generales, nos hacen soñar”, agregó.
Si bien es cierto que en el universo futbolístico lo único constante se llama cambio, Fabiany disfruta en demasía la realidad que vive, y cada vez que puede, mira al cielo para ubicar el rostro de Henry Camán Álvarez, formar de muchos atletas en Propatria, barrio donde emergieron los deseos triunfales del formador. Físicamente no está, pero en su corazón siempre tendrá un espacio especial en todo momento.