Nota cortesía.
Leandro Cedeño se ha convertido en una suerte de celebridad en Amarillo, la ciudad al norte de Texas, que alberga a los Sod Poodles, filial Doble A de los D-Backs de Arizona. Sus batazos de largo metraje no solo le han convertido en uno de los favoritos de la afición, sino que le han ayudado a ser incluido en resúmenes de la cadena ESPN y le tienen como dueño de récords.
“Siempre he sido un bateador de poder, que le daba a la bola duro, pero no había encontrado la manera de convertir esa fuerza en números, en jonrones”, soltó el recio toletero derecho, al otro lado del teléfono, en una conversación con la LVBP.com. “Trabajé mucho el swing en la temporada muerta y pude conseguir los resultados, que es lo que se quiere”.
Esos resultados le tienen con 30 cuadrangulares, cifra que hizo añicos la marca de la franquicia de Amarillo, que ostentaba Stone Garrett, con 25, desde 2021. Pero a diferencia de Garrett, seleccionado en la octava ronda del Draft Universitario en 2014 por los Marlins de Miami, y recién graduado de grandeliga, Cedeño no ha sido un cotizado prospecto. Como asegura, ha tenido que levantarse a pulso.
Fue captado por los Cardenales de San Luis, como cátcher, durante el período de firmas internacionales de 2014 por un bono 80.000 dólares. Los cazatalentos de los pájaros rojos no creían en sus capacidades defensivas para mantenerse detrás del plato, pero les sedujo su sorprendente poder “crudo”, acompañado de un swing corto y compacto, además de un reconocimiento de la zona de strike avanzado, pese a su corta edad.
En 2018 llamó la atención con un vuelacercas sobre la pared del jardín central del estadio de Johnson City, que se alza a 24 pies de altura, que fue calculado en 420 pies de distancia, algo que hasta ese instante nadie había conseguido. Pero San Luis no tuvo paciencia y tras la campaña de 2021, lo dejó partir.
“Llegué como agente libre a Arizona y las expectativas eran altas. Mi fe estaba puesta en Dios, que todo iba a salir bien”, destacó.