Por Miguel Santana – @santanadeportes | El Estadio Monumental de Maturín es un escenario donde domar al terror es cuestión de asestar con autoridad y apoyarse en la buena energía que emanan las gradas. Comenzando 2009, Venezuela empataba 1-1 ante Colombia y aquello era suficiente para clasificar al Hexagonal del Sudamericano Sub-20, competición en la que el país buscaba su primera clasificación a un Mundial de la categoría, pero cuando el partido expiraba, la visita tuvo a su favor un penal que pudo haber enterrado cualquier aspiración de trascendencia vinotinto. Cristian Nazarit cobró aquella pena máxima y Rafa Romo le ahogó el grito de gol al 91, con una atajada clave para avanzar de ronda. Fue la primera gran vez del cancerbero venezolano, quien 12 años después volvió en tres ocasiones al recinto oriental y en todas dejó la valla inmaculada.
Con el país más ilusionado que nunca y habiendo sumado nueve de 18 puntos posibles en las primeras seis fechas del camino al 2026, la escuadra de todos es un tren que se detiene con atención en cada parada. Iniciando la expedición sudamericana, las redes sociales se inundaron de preguntas acerca de quién sería el cancerbero titular y cuando “Bocha” Batista le dio la oportunidad al oriundo de Turén, este no hizo sino responder.
La derrota 1-0 ante Colombia dejó una sensación de haber podido lograr más, pero el seleccionado nacional dejó atrás aquella página con categoría y tras vencer 1-0 a Paraguay, sumó un inolvidable empate 1-1 ante Brasil como visitante, vapuleó por 3-0 a Chile, logró una unidad al empatar sin goles contra Ecuador y se llevaron un punto versus Perú en suelo limeño, donde el 1-1 para muchos quedó corto.
Romo tenía apenas 19 años cuando el histórico club italiano Udinese se fijó en él, debiendo jugarse el puesto contra cancerberos de amplia experiencia en el concierto europeo. Inglaterra, donde militó en Watford, también fue su casa; pasó por AEL Limassol y Apoel de Chipre; Beerschot-Wilrijk y Oud-Heverlee Leuven de Bélgica; Silkeborg de Dinamarca y DC United de la MLS en Estados Unidos. Lejos de su nación ha jugado 13 temporadas y en la tierra que lo vio brillar, defendió al Atlético Turén, Llaneros de Guanare, Estudiantes de Mérida y Mineros de Guayana.
Como portero de Beerschot, en la Segunda División belga, registró 12 partidos con la valla invicta, mientras que en el balompié chipriota, fue campeón con Apoel. Hoy, como miembro de la Universidad Católica de Ecuador, sabe que ha vivido un período de ensueño y lo disfruta como si se tratase de su debut profesional.
”Ha sido el mejor año con la Selección porque tenía mucho tiempo esperando esta oportunidad y cuando me llegó, asumí la responsabilidad de ser el portero titular en unas Eliminatorias que nos tiene a todos comprometidos con el deseo de estar en el Mundial”, afirmó.
Romo vislumbra un panorama lleno de trabajo, porque sabe que la única manera de materializar el inmenso deseo de los venezolanos es ofreciendo lo mejor de sí colectiva e individualmente, comprendiendo que cada partido es una historia distinta y que el camino apenas está comenzando. Venezuela luce sólida en el puesto número cuatro, pero en los planes del grupo que representa a más de 30 millones, confiarse no es opción.
”Hemos sentido a Maturín como nuestra casa y jugamos en un estadio muy especial, que personalmente me recuerda esos grandes momentos cuando fuimos avanzando hasta clasificar por primera vez a un campeonato del mundo Sub-20. La gente nos transmite una buena vibra y aunque sabemos que queda mucho por hacer, estamos unidos en el deseo de darle una gran alegría al país”, agregó.
El pacto de caballeros sellado en el entorno balompédico tiene que ver con que cada jugador se mantenga en el mejor estado de forma posible, viendo minutos con sus respectivos equipos, compitiendo al máximo y entregando lo mejor, para que, al momento de reunirse nuevamente, lo hagan con el firme propósito de mantener el nivel exhibido en la recta final del año en curso.
”Hay que apoyarnos mutuamente y hacer lo propio con las selecciones menores. En enero, Venezuela organizará el Preolímpico y queremos darle todo el respaldo a los muchachos. Para crecer debemos apuntar todos a la misma dirección y eso es lo que estamos haciendo. La Federación Venezolana de Fútbol realiza un gran trabajo con la marca vinotinto y en todo sentido”, destacó el guardameta llanero.
Las vueltas del fútbol se generan desde el hecho de ser un tipo constante y entregado, porque a comienzos del actual calendario, Romo formaba parte de DC United, equipo del que se marchó por falta de ritmo, debido a que llegó a mitad de campaña, a petición de un entrenador que fue separado de su cargo con el portugueseño cumpliendo solo 24 horas de haber llegado a la organización. Fue su decisión marcharse a suelo ecuatoriano, siendo Universidad Católica la institución que lo hizo sentir como uno más, hasta el punto de ver acción en 24 compromisos ligueros.
”Me tuvieron paciencia, porque no solamente venía de dos meses sin jugar, sino también con una lesión en la rodilla. No tuvimos un inicio esperado, pero con mucho trabajo y apoyo, fuimos logrando las metas trazadas, hasta el punto de poder reencontrarme con el nivel que sentía me caracterizaba, lo que generó el llamado a la Vinotinto. Católica es un club especial, con el cual tengo un compromiso hasta el 2026 y me siento contento. Estamos conscientes que vivimos una realidad positiva y que eso puede generar ofertas, así que, en caso de ser positivas tanto para la organización como para mí, evaluaremos”, manifestó el mundialista Sub-20.
Rafael creció admirando al “Pájaro” Vera y al “Turbo” González, queriendo seguir los pasos de Gilberto Angelucci y Rafael Dudamel, y soñando con, en algún momento, ponerse la camiseta que todos defienden con gallardía, siendo considerado, en la actualidad, un referente del pórtico nacional, que ha aportado todo lo que sabe para que los rivales no celebren.
En el marco de lo sucedido cuando Venezuela midió fuerzas contra Perú, Romo tuvo palabras para todos los compatriotas que hacen vida en el exterior y han apoyado a su seleccionado fuera de tierras nacionales: “nosotros, como ciudadanos, somos más grandes que cualquier circunstancia y siento que los venezolanos debemos sentirnos orgullosos de haber nacido en este país. Donde llega un venezolano deja una marca, porque somos personas amables, educadas, responsables y trabajadoras. Puede que algunos manchen esa imagen, pero la gran mayoría va por caminos positivos. El recibimiento que tuvimos en Lima nos motivó mucho a dar lo mejor y aunque lamentamos no haber conseguido los tres puntos, dimos lo mejor para responder a ese gran y sincero apoyo que nos dieron”.
Tras 18 meses de inactividad, Wuilker Fariñez ha regresado a los entrenamientos del Lens, por lo que, de recuperarse pronto y estar a plenitud de condiciones, pudiera ser una alternativa en el arco nacional. A propósito de aquello, Romo se siente feliz, pues lejos de pensar solo en sí, enaltece el sentido colectivo y espera que su compañero vuelva rápido.
“Hemos compartido durante varios años en la selección y a pesar de la diferencia de edad, tenemos una gran amistad. Para nosotros, como grupo, es importante que él pueda regresar y competir, porque eso va a elevar nuestro nivel. Es normal que haya competencia en cada puesto y junto con Joel (Graterol) y Alain (Baroja), así lo sentimos, pero a Venezuela no la va a llevar al Mundial un jugador, sino un equipo. Puede tocarle a cualquiera y lo disfrutaremos, porque será un éxito de todos”, concluyó.
Sin lugar a dudas, Rafa Romo ha sido el personaje revelación del fútbol venezolano en 2023. De no jugar en Estados Unidos a mantener al país unido con sus sensacionales atajadas, hay escasos 10 meses de diferencia. Su momento llegó y lo supo aprovechar. Mañana veremos qué ocurrirá, pero algo es seguro: la Vinotinto tiene un arco consolidado.