Si concebimos al fútbol como una máquina del tiempo, pudiéramos viajar para cruzar diferentes épocas y comprender que, por más que cambien los lugares, ciertos actores fueron llamados para asumir papeles protagónicos a través de la historia. Estamos a meses de iniciar el Mundial de Qatar y fue ahí donde justamente, él tuvo su primer gran éxito como seleccionador. Todo pasó así: luego de haberse consagrado campeona de la copa del mundo Sub-20 en Japón 1979 y finalizar en el segundo puesto cuando disputaron la competencia de México 1983, Argentina se vio arropada por la oscuridad y las malas actuaciones tanto en Sudamericanos como en Mundiales menores, llevaron a aquella nación a hundirse en lo profundo del fracaso. Todo, hasta que el capitán José Néstor Pekerman asumió el timón.
El recuerdo de una Sub-20 sonámbula, que no despertó bajo la conducción de Reinaldo Merlo en el Mundial de Portugal 1991, es parte de un capítulo que los argentinos quisieran borrar entre las ricas anécdotas de su balompié; Australia 1993 albergó un certamen condicionado para los sureños por una serie de suspensiones acarreadas de la competición anterior y ahí, en 1994, año del recordado y fatídico atentado en Buenos Aires, nació una nueva manera de ver las cosas en la mente de un hombre, para muchos, considerado genio. Su carta de presentación apenas exhibía un buen trabajo en las categorías inferiores de Argentinos Juniors y Colo Colo y aunque no tenía demasiado respaldo, nada le gana a la buena labor.
Tan solo antes de iniciar aquella competición en suelo catarí, algunos equipos pusieron trabas para ceder a sus jugadores, especialmente River y Rosario Central, con los que hubo que trabajar para que permitiesen a los jóvenes Marcelo Gallardo y Cristian Colusso estar a disposición del técnico. Al final y luego de batallar con total determinación, una heroica final ante Brasil, ganada por 2-0, significó la consolidación en la carrera del estratega albiceleste.
Transcurridos 27 años, Qatar sigue siendo el primer lugar donde Pekerman ganó un Mundial y debería ser el último que tenga a Venezuela como selección ausente cuando hablamos de los mejores a lo largo del globo azul y blanco. Su contratación para estar al frente de la Vinotinto supuso un golpe a la mesa, una acción sin precedentes, pues es la primera vez que en nuestra nación nunca habíamos tenido un profesional con semejante hoja curricular, Hoy, en su cumpleaños número 73, carga consigo la responsabilidad de conducir al seleccionado venezolano hacia otro nivel, teniendo como misión a cumplir convertir al país de los tres colores y las ocho estrellas en una selección mundialista. Pero para eso, se tiene que trabajar como nunca antes lo hemos hecho, con cada quien dando lo mejor de sí desde su trinchera.
Vamos a la pista de aterrizaje: Venezuela debe esforzarse el triple que los demás, porque no tiene los recursos de otros. Brasil, Argentina y Uruguay pueden conformar dos seleccionados diferentes y competir como candidatos; Ecuador logró terreno perdido; Chile, Perú y Paraguay, no querrán ausentarse nuevamente de una cita que se acostumbró a verlos y Bolivia, pese a nunca partir como candidata a estar en el Mundial, ha tenido mejor rendimiento que la Vinotinto en las últimas dos clasificatorias. Entonces, con la misma fórmula de aquel 1994, es hora de exigirse a tope.
En el cumpleaños de José Pekerman, los venezolanos felicitan al hombre llamado a cambiar el rumbo de nuestra historia, torciendo la tendencia negativa. Si quieres algo grande, debes pensar en grande y en tal sentido, no hay nada más grande que la ilusión, pero debemos ocuparnos. Solo la cultura de trabajo nos llevará al éxito.