Por Miguel Santana – @santanadeportes.- Suenan los guantes y huele a béisbol. Los peloteros van calentando y está a punto de comenzar un show. El béisbol es un espectáculo y eso lo entienden a la perfección quienes forman parte de cada organización, pero para algunos, el trabajo y la pasión se compaginan para darle forma a personajes cuyo propósito es entretener. Va corriendo por el campo, pero no recorre bases. El estadio está a su merced y las miradas se posan sobre su accionar, porque hace cosas divertidas y al final, mientras más risas genere, mejor le irá. José Luis Colmenárez es su nombre, pero la fanaticada de Tiburones lo llama “Tibu”.
Detrás de la máscara hay una persona y detrás de dicho ser humano, un esfuerzo inconmensurable. Se aproxima al escenario horas antes de iniciar cada faena, prepara su mente para volar con creatividad y sale al campo para amenizar los encuentros desde una personalidad llena de felicidad. Suma 13 temporadas en el ejercicio de su función, 11 con Cardenales y un par con el líder del Round Robin.
Aunque no aparezca en el line up, batea tristezas ajenas, ataja problemas que no le pertenecen y, por si fuera poco, tiene una considerable efectividad cuando de ganarse aplausos se trata. Desde calentar al lado de un grandeliga como Ronald Acuña, hasta fotografiarse con los niños que van al campo, así va dejando huellas.
“’Tibu’ es algo que forma parte de mí, es un amigo que Dios puso en mi camino para entretener a la fanaticada más alegre que tiene el béisbol venezolano; es un amigo fiel y se me ha hecho fácil adaptarme a ser una mascota que no era tan conocida, pero ahora es querida por quienes se sientan a ver los juegos”, dijo.
Pero no siempre ha sido fácil, porque innovar, generar sensaciones positivas y mantener la energía de un tipo encargado de ir a tope de principio a fin, resulta parte del reto. Puedes verlo bajar de un parapente en el juego inaugural, hasta sentado en las tribunas abrazado con aficionados y corriendo hacia lo más profundo del jardín central. Lo conciben como una especie de pez alegre, con características humanas y un corazón muy noble.
“La receptividad de las personas es lo máximo y por eso lo doy todo, porque sé que voy a extrañar mucho estos días cuando se acabe la temporada. El béisbol es un deporte que nos apasiona mucho y estar a la altura de lo que representa este pasatiempo es una responsabilidad bonita”, agregó “Tibu”.
Desde Barquisimeto, José Luis llegó a Caracas en búsqueda de oportunidades para trascender profesionalmente, convirtiéndose en la mascota del equipo Senadores de Caracas de la Liga Mayor, para posteriormente, ingresar a la familia guairista y hacerse notar con profundo cariño hacia el trabajo que hace.
“Siento mucha afinidad con quienes componen a la organización, especialmente con los jugadores, porque ‘Tibu’ es un juguete para ellos, pues los libera del estrés. Les transmito toda la alegría que puedo y en forma de gestos con cariño, me empujan, jalan y a veces hasta pegan, por lo que terminamos riéndonos muchísimo y pasándola maravilloso”, agregó.
En más de una ocasión ha salido junto al equipo al término de una jornada y cada vez que la exigencia de su entrega se lo permite, va a la tierra musical de Venezuela para ver a sus seres más queridos. En temporada muerta, se dedica al comercio y también, trabaja en festividades, demostrando ser una persona cuya pasión no se detiene y que, con honradez, compromiso y determinación, se gana el sustento. No goza de tantos focos, pero su alma está llena de muchas luces.
A” Tibu” le ilusiona estar en lo más alto del Round Robin, siente que de la mano con “Ozzie” Guillén, la sequía se acabará, está en su hábitat y navega hacia lo profundo de la esperanza guarista. Todavía nada ha terminado, pero sobran los motivos no solamente para ilusionarse, sino también, para aportar una dosis de amor en cada corazón, con cada baile, movimiento, gesto y particularidad.