domingo, mayo 19, 2024
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En las buenas y en las malas

Por Ramon Vilageliu.

La buena gente y los amigos se definen por una cosa: estar siempre ahí. Esta es una característica que comparten, la de ayudar siempre a un ser querido a salir de las preocupaciones de la vida, animarle, o simplemente darte las gracias. Es bueno estar en las buenas y en las malas. Siempre dar la mano a los nuestros, y no dejarles nunca de lado. Esto define a la buena gente y, también, a las buenas aficiones en el fútbol. Irán, Arabia Saudí y Marruecos han sorprendido a aquellos que no los conocíamos tanto, sobre todo, por el colorido de su gente que han demostrado en estas dos primeras jornadas que están un paso por delante de todo el mundo.

Y no solo ha sido por la victoria de sus equipos, sino porque también están en las malas. Cuando el balón no entra, cuando hay un error, cuando reciben un gol en contra. Sin embargo, ellos siempre están ahí, pase lo que pase. Sin rechistar. Sin una mala cara. Siempre dando colorido y emoción a los partidos de este apasionante Mundial. Todo empezó con Irán y el debut, desastroso, frente a Inglaterra. Al equipo no le salió nada. Pero a los aficionados sí. Todo. Cantaron durante todo el partido e intentaron levantar el ánimo de los suyos que, debido, obviamente, al conflicto que se está viviendo en su país, no tuvieron la mejor tarde. Que, sin embargo, llegó en el siguiente partido frente a Gales, uno de los mejores de esta Copa del Mundo. Un partido con alternativas y, sobre todo, mucho ánimo en las gradas persas que terminó con un buen 2-0 para los de Queiroz. Fue también el turno de Arabia Saudí que vivió su mejor noche de la historia frente a Argentina en su debut. Un ambiente vertiginoso. Un partido de leyenda. Unos goles emocionantes. Los ingredientes para disfrutar de lo lindo. También fue el turno de Marruecos, una de las selecciones más coloridas y con más aficionados debido al hecho que muchos de ellos ya viven en Qatar o sus alrededores. Y ya me avisaban los periodistas marroquíes: “esto se pondrá bonito”. Y vaya si lo hizo. Frente a Bélgica fue una fiesta. Literal. Los colores de Marruecos se alzaron al cielo y dejaron coja a una selección que llegaba con ganas, pero que con las palabras de De Bruyne y las actuaciones del equipo han bajado los humos.

Así pues, siempre hay que estar. En las buenas y en las malas. Y nunca darle la espalda a los tuyos, aunque todo salga mal ya que, al final, todo ve la luz cuando más hace falta.

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