Por Miguel Santana – @santanadeportes | Pamela Martín tiene apenas 15 años, y en lugar de bailar el vals, está bailando a sus rivales a base de un talento innato y protagónico. Hasta hace solo meses formaba parte del Caracas Fútbol Club femenino, con previo paso por Casa Italia de Maracay. Hoy, juega para Masriver, categoría Cadete A de España, país al que ha emigrado en búsqueda de fortalecer su nombre como atleta y con ello, ser tenida en consideración para hacerse sentir con el seleccionado venezolano. A la distancia, comprende que dar lo mejor de sí para hacer diferencia es parte de su rutina, por lo cual, ha tenido que dejar atrás a familiares, amistades y hasta costumbres. Su sueño es prepararse en Estados Unidos, para después regresar al viejo continente.
La dinámica europea no tiene nada que ver con la sudamericana. Técnicamente, ahora mide fuerzas ante jugadoras con otra clase de técnica, elevando de manera considerable el nivel para estar a la altura del reto. Se dicen buenas cosas sobre lo que hasta ahora ha mostrado, pero el camino para la venezolana apenas comienza.
“Desde el primer momento, me han recibido de una manera increíble, haciéndome sentir como una más de la casa. Eso ha sido importante para poderme adaptar y cada vez me siento mejor. Ha sido un cambio radical en todo sentido, sobre todo en lo personal, dando un giro de 180 grados”, dijo.
Pamela lleva años demostrando que su talento puede traspasar fronteras y ha cumplido el primero de muchos grandes retos: probarse lejos de casa. Continúa su preparación académica a distancia, hasta que la hora de estudiar una profesión llegue. Todos los días entrega lo mejor de sí en búsqueda de ganar espacio, porque, aunque se trate de una joven que comienza a vivir, no quiere regalar ni un segundo.
“Me duele estar lejos de los míos, pero esto es parte del sacrificio que se tiene que hacer para cumplir un sueño. En todos los partidos entrego lo mejor, porque tengo como meta dar un salto de calidad en el futuro, pero sé que eso será consecuencia del trabajo en silencio y de estar siempre enfocada”, agregó.
Al tratarse del país que ha ganado recientemente el Mundial, la demanda de jugadoras que hay en territorio español es mucha, por lo cual, en cada compromiso, el roce es mayor. Pamela entiende eso a la perfección y no quiere ser una entre tantas, sino destacar con su pasión procedente del Caribe. Suma sies goles en siete partidos, porque como mediocentro ofensiva, tiene llegada al arco y una pegada prodigiosa a larga distancia. Actitudinalmente ha crecido y madurado en cada frente.
En el pasado reciente, Martín fue tomada en consideración para realizar módulos con las selecciones juveniles de Venezuela, teniendo como firme propósito ser llamada en 2024, por lo cual ha asumido el compromiso de trabajar, dando lo mejor de sí y no ceder en su propósito de vestirse con la camisa que representa a 30 millones.
“Representar a mi país es una cosa hermosa e importante para cualquier deportista. Yo siempre estaré dispuesta a estar cuando me llamen y en caso que así no sea, seguiré trabajando hasta que llegue la oportunidad”, agregó.
Perfectamente, Pamela pudo haberse quedado en Venezuela, renunciar al deseo de ser futbolista y avanzar hacia otras direcciones, pero el tamaño de su anhelo triunfal es tan inmenso, que por su mente solo pasa la idea de ser embajadora del juego nacional y sacar máximo provecho de cada opción que la vida le presente.
