Por Miguel Santana.
María Gabriela Gil, ese es el nombre. La psicóloga, así es reconocida. Se trata de una joven profesional que ha venido abriéndose paso con total determinación en el deporte venezolano y desde Maracay, ciudad que ha visto nacer a grandes atletas en la historia de Venezuela, ejerce funciones para contribuir con el crecimiento de quienes se fortalecen a partir de una mente convertida en roble. Si bien es cierto que inició su carrera en el equipo Aragua Fútbol Club, actualmente dedica tiempo a diferentes disciplinas, realizando un video que cuenta con más de 200 mil visualizaciones en Instagram, hablando sobre cómo deben ser tratados los atletas.
Estudiar Medicina era su principal propósito, pero debido a diferentes situaciones, quedó atrapada en el amor por una carrera que dignifica cada vez que demuestra de qué está hecha. Ser reconocida a nivel internacional la ha convertido en una obsesa del trabajo, porque desde que inicia el día, no hace sino laborar arduamente.
Hacer énfasis en la catarsis del profesional deportivo, para retarlo a pensar y desde ese punto, resolver problemas, es su premisa. Todo aquello tiene que ver con el hecho de fortalecer el trabajo físico, fortaleciendo el aspecto mental, para utilizar esto como un arma a favor de cumplir cada propósito y entonces, alcanzar el éxito.
“Trabajo para crear individuos que puedan solventar problemas y sean más completos. Doy consultas privadas, pero las exigencias sociales me han llevado al mundo deportivo y estoy disfrutando mucho este reto, porque se ha convertido en algo verdaderamente importante para mí. Debemos tener en cuenta que el atleta convive con la exigencia que supone tener que rendir y debemos ayudarlos desde tempranas edades hasta adultos”, dijo Gil, a propósito de un trabajo que cada vez lleva a cabo de mejor manera.
Haber practicado atletismo, kikimbol, fútbol, ser modelo, bailarina y jugadora de voleibol, facilita su entendimiento con quienes a diario se esfuerzan para hacer gala de una delicada herramienta llamada cuerpo, explicando la relevancia que tiene el hecho de concentrarse en momentos de total apremio.
“Acabamos de ver la eliminación de Venezuela en el Clásico Mundial y considero que hay muchas cosas que puedo decir a propósito de lo que significa el trabajo de un psicólogo deportivo: después del cuadrangular de Turner, a nuestro equipo le costó muchísimo levantarse a raíz de la desesperación que representó perder la ventaja. Los jugadores dejaron de pensar, de planificar y no hubo reacción. Es parte de una reflexión que debemos hacer y en esos momentos, hay que actuar”, agregó.
Gil hizo una propuesta deportiva a las Escuelas de Psicología: “en mi carrera, no vemos una materia alusiva a la Psicología Deportiva y siento que esto es muy importante, porque se trata de una rama muy completa y de amplia demanda. Es algo que considero, debemos tomar en cuenta para el futuro”.
Su hermano, madre, abuelo y mano derecha, Ana, quien mucho la respalda en redes sociales, significan mucho para ella, y en una parte importante de su mente y corazón, reposan los recuerdos de una persona por demás especial, su abuela, quien desde algún lugar del para siempre, aplaude cada éxito que María Gabriela alcanza con el aplomo que demuestra tener.
“Me encantaría que ella estuviera aquí, en la tierra, viéndome y disfrutando cada momento conmigo, pero estoy segura que se encuentra orgullosa. Hace mucho tiempo se fue, pero siempre está conmigo a donde quiera que vaya”, recordó Gil.
Si pudiese definirse en dos palabras, ambición y temple toman la delantera. Confesó que todavía le cuesta grabarse para generar contenido en redes sociales, pero cada vez se especializa más en el área, para que todo el mundo sepa que no tiene límites, soñando con algún día, arribar a las Grandes Ligas.
“Es mi deseo más grande ser psicóloga en MLB y que los equipos cuenten con mis asesorías a través de una empresa. Para eso estoy trabajando y esforzándome tanto como puedo. Tenemos derecho a pensar en grande, pero también el deber de dar lo mejor para materializar nuestros sueños”, concluyó.
Como buena venezolana, María Gabriela Gil no le tiene miedo al éxito. Desde siempre, sabe a qué va, qué quiere y cómo hacerse sentir, desde el uso correcto de su verbo precisión, hasta la posibilidad de impactar mediante su indiscutida pasión.
Estoy tan orgullosa de ti!! Que no lo imaginas. No tienes límites de lo grande que eres y que serás, de eso estoy más que segura!!