Por Miguel Santana – @santanadeportes.- La profundidad de su mirada es una puerta que conduce hacia lo demostrativo del espíritu combativo que lleva en su interior. A simple vista, parece una persona común, sentada a lo profundo de una mesa esquinada, ocupada en lo íntimo de su computadora, pero la verdad es que piensa con más rapidez que dicha máquina. Almacena en su memoria los recuerdos de una carrera que cumplió la mayoría de edad, y cuando habla acerca de fútbol femenino, conoce el abecedario de su esencia, porque además de comprenderlo, hoy quiere ser hacedora de excelencia.
Su pegada portentosa era la herramienta perfecta para recurrir en momentos de apremio, sobre zonas de definición, justo en el momento de la llamada a quien se considera diferente, pero Venezuela es cualquier cosa, menos un país con Liga exitosa en el balompié femenino. Eran épocas en las que había equipos por la obligatoriedad que significaba tenerlos y nada más. Ella es empresaria, así que decidió jugar, pero ahora sobre la línea del pensamiento que se fortalece con las ideas nacientes en el camino. Es la cara visible de ADIFFEM, aunque algunos crean que su esfuerzo vaga como un fantasma en las sombras del silencio. Se define como fiel creyente de lo justo y honestamente, eso es verídico.
María Gisela Núñez avanza bajo el liderazgo de su filosofía, obsesa del buen trabajo, creyente de la capacitación como premisa hacia la acción y consumidora de todo aquello que, enmarcado en la calidad, ofrezca sentido completo. Es crítica, porque ha construido, y autocrítica, porque antes de mirar hacia un lado, toma el espejo y observa los detalles del reflejo. Su identidad es una propuesta a la mejoría de un deporte que ha ganado espacio, pero se halla estacionado.
A horas de comenzar la Liga FUTVE Fem, rescata lo que funciona, cuestiona lo que debe mejorar y propone ideas en aras de escribir en nombre de la nación como concepto de un lugar en el que prevalezca la calidad balompédica rosada. Es entonces cuando pronuncia palabras con tono de realidad certera, sin titubeos, porque lo expresado ante el lanzamiento de una interrogante, lo ha dicho hasta el hartazgo. Está preocupada, pero más, ocupada. Su país le duele en cada latido.
“Planificar una pretemporada es algo que lleva tiempo, pero como no teníamos fecha de inicio del campeonato, tuvimos algunos días accidentados. Pretendíamos que fuese de seis a ocho semanas trabajando, para tener a todo nuestro plantel listo, puesto a punto. Venimos de una temporada exitosa, llegando a la gran final e incluso, sintiéndonos capaces de ganarla, porque perfectamente pudo haber ocurrido”, aseveró de entrada.
Pero lo mejor, viene después: “tenemos jugadoras de trayectoria en Caracas, además de algunas que han sido convocadas a las selecciones juveniles, como Verónica Da Silva y Cristina Rivas; nos reforzaremos con algunas que vendrán al término de la Segunda División en España, pero eso será a mediados de mayo. Creo que las fechas del campeonato nacional no debieron haber coincidido con un Sudamericano Sub-20, además de partidos de la absoluta, pero encararemos todo de la mejor manera posible”. Golazo.
Viene una nueva vicisitud: se jugará un partido cada 15 días, así que habrá falta de ritmo futbolístico. Ante el problema, una solución: “buscaremos amistosos, porque si logramos un cupo a la Copa Libertadores, jugaremos con otro roce”. Versus viento y marea, en su barco se rema hacia todo aquello que sume, pero eso no quiere decir que nadie dimensione lo que representa asumir semejante reto, porque todo cambia y el deporte rey para mujeres lo ha hecho en el planeta.
“Mi socio se llama Freddy Da Rocha y juntos, decidimos darle forma a un proyecto para no solamente formar atletas, sino ciudadanas de bien, que puedan crecer en todos los aspectos de la vida. Remamos contracorriente, necesitamos que muchas personas se sumen, especialmente representantes de la empresa privada, porque mientras este deporte crece de manera exponencial en otras latitudes, aquí no hemos avanzado como deberíamos”, dijo. Está clara, como cuando la esférica y su botín se abrazaban al ataque.
La carencia de profesionales capacitados es otro monstruo contra en el que se debe batallar de manera inteligente. A ese Goliat se le gana con la tenacidad de David versión guerrera, llena de astucia. Tampoco sobran canchas capitalinas, por lo que los lugares para entrenar son limitados, pero donde no hay límites, es en su mente, así que centra la pelota para que algún interesado pueda marcar la diana.
“En ADIFFEM tenemos una estructura a nivel legal para la deducción de Impuestos Sobre la Renta, lo que permite que las empresas puedan hacer determinados aportes. Bancamiga ha sido un gran aliado, que este año repetirá con nosotros. Mostraremos una campaña en la que exhibimos las historias de diferentes niñas, quienes viven lejos y con complejas situaciones económicas; ellas tienen talento, pero necesitan ese respaldo para trascender”, agregó Núñez.
Su equipo tendrá una primera presentación ante Marítimo La Guaira y buscará anclar a buen puerto, con tres puntos que certifiquen el más inmejorable de todos los arranques. Queda espacio para dos reflexiones: “el talento no lo es todo, porque estructuralmente, debemos trabajar para generar cambios profundos”. Al final, todo aquello beneficia al equipo de todos, esa amada Vinotinto Femenina, que tantos buenos resultados ha cosechado en la última década. Se entiende que el sendero no dejará de mostrar obstáculos, solo que, hay armas para crear.
Y de último, un sentimiento color nacional: “a pesar de cualquier cosa, soy pro selección y creo que en nuestro país hay jugadoras muy talentosas, a las que debemos respaldar. Venezuela necesita apoyo, así que será bueno para nuestras muchachas ver un estadio lleno de gente que las alienta. Debemos sumar”. Diez minutos fueron suficientes para desglosar un pensamiento convertido en forma de vida, porque, a fin de cuentas, el fútbol es un idioma que los incomprendidos aprenden con facilidad y expresan en medio de lo único constante, el cambio.
