Por: Miguel Santana – @Santanadeportes
Adormecido, en este sueño profundo, me hallo sobre el brillo de las galaxias espirales, rodeado por millones de estrellas y posiblemente, el mismo número de planetas. Aquí están los años que han transcurrido y atrás quedaron, esta es la zona donde triunfan quienes por fin no tienen dolor, solo hay colores y no sabores; si una pluma tuviera entre mis manos, detallaría profundamente esta infinita experiencia, porque no tengo forma, pero soy un fin. Logro verme reflejado en los corazones de quienes me aman y a su vez, mi nombre se acrecienta en el legado que dejó cada letra aún sonante. No encuentro formas de enviar un mensaje a ese lugar donde una vez fui alumno de esa inconmensurable musa, que me atrapó en las noches de profunda inspiración y convirtió en ícono musical. En lo más alto está mi moral, dignificada, sostenida en los sentimientos de quienes siempre en mí creyeron y a ellos, les estoy muy agradecido.
Si transitan por las afueras del Cementerio Metropolitano, solo verán adyacencias verdosas a un lugar donde teóricamente duerme lo que queda de mi humanidad, pero eso no es verdad, soy un hombre con ideas multiplicadas en el interés sostenido por quienes acerca de mi historia indagan. Este 19 de enero de 2024, debería estar planificando mi nueva gira, ya con una carrera robustecida entre experiencias, crecimiento y ganancias. Sería un artista consagrado, pero continuaría transitando la línea del hombre aprendiz, siempre en búsqueda de una nueva estrategia para en el blanco dar. Mis escritos salen naturales, como si se tratase del sol subiendo por la montaña. Caracas me vio nacer y Maracay crecer, pero en toda Venezuela hay un espacio donde hablan acerca de todo lo ocurrido mientras yo, como hoy, solo dormía. De seguro me amarían en otras latitudes y habría cumplido el sueño de cantar junto a René, que me ha conocido a través de los testimonios colgados en la nube cibernética. Díganles a mis seguidores que solo a través del estudio podemos generar conciencia.
“Canción de la prisión”, fue uno de mis temas que, sin saber, ahora está encarnado en quienes todo robaron. Jamás imaginé que, en una taza, me aniquilarían. Mis deseos de avance se convirtieron en polvo cósmico y la capacidad creativa de un artista con talento natural, quedó atrapada en el indefenso silencio de un hombre engañado. No pude darles pistas en el hallazgo de la verdad, hasta que cada ritmo fue abriendo paso al sendero del profeta, porque maldito sea el hombre que confía en otro hombre. Esa frase era el estuche de la llave, para abrir una puerta y al desenlace entrar.
Algunos tuvieron “visiones”, sin necesidad de Nostradamus ser. Fue a las 9 del 19, en aquel 2015, poniendo fin así a una de las más extraordinarias trayectorias que haya podido el país tener cuando de artistas hablásemos en cada mesa. Mientras tanto, el tiempo transcurría y sobre dicho recorrido, reposaba el cofre con toda una obviada narrativa. Solo abre los ojos y tendrás premociones, pero tú y yo no teníamos acceso a conocer esas escondidas sensaciones. Pacientemente esperé, porque todo tarda y al fin llegó.
Aunque abalanzo mi forma con tan solo desearlo, toda esa fuerza para componer está en los aires que me vieron respirar; quiso el viento abrazarme en tan macabra caída, porque en aquella aciaga noche, los vidrios sustraídos fueron testigos de la verdad. No hubo lanzamiento intempestivo, sino una tormenta de maldad, todo producto del más aterrador sentir, con mi derecho a la vida vulnerado desde la más profunda hipocresía.
“Cuando vayas conmigo” y me vuelvas a ver, recuérdame aconsejarte que tu enemigo puede al lado estar. Voltea y actúa sigilosamente, sonríe y así esconde lo podrido, con sentimientos enverdecidos en su toque más oscuro, queriendo lo que tienes y siendo aturdidos por el estéril esfuerzo que supone querer lo que tienes y no poder obtenerlo.
Es una pregunta que rodea mi sentir, desde arriba a todos veo y sé que mi nombre roza las reuniones en cada cuestionamiento. Solo les digo que no miento cuando siento este absurdo sinsabor de querer decir presente y tener que conformarme con un rayo de luz ser. Entendí entonces, que todo es un momento, que nada es para siempre y que, amarse representa cuidarse y alejarse de quienes puedan un punto negro ser. “Llovía” y mucha agua tuvo que caer para este río de dudas desembocase en el mar de lo cierto. Habrá teorías conspirativas, pero, de nuevo, no te emociones, que solo son malas visiones, todo para escabullirse de las consecuencias generadas del más aberrante desamor.
Si “aceptas” que puedes ser yo, entonces mira a tu alrededor, y en este “mundo de piedra”, conviértete en la roca más fuerte que puedas ser. Eres resplandor, pero estás “en el valle de las sombras” y aunque “mañana será otro día”, pendiente siempre hoy. Estoy en paz, “es maquiavélico” pensarlo, pero el acta de defunción de mi ética, esclarece que hubo un error de escritura y goza de vida plena. Nadie manchará las letras escritas desde el placer de saber pensar, ni siquiera esos que aún se esconden.
“De mi muerte”, solo queda aceptación. “¿Y la felicidad qué?” Es solo una pequeña etapa de la vida, tan efímera como profundamente valorable. “Pensando en ti”, amaría presentarme a casa llena en el Estadio Monumental, pero soy un monumento a la libertad, porque pensé y actúe según mi corazón lo dicto. Soy libre, la verdad me hizo libre. Otros no dirán lo mismo, y de no ser por esas veces en que cometí la gran barbaridad de ponerme a pensar, jamás hubiese mostrado el otro lado del criterio. No estoy meditando mirando al techo al despertar, ni puedo respirar, podría jurar de hecho que no recuerdo absolutamente nada, y lo peor es que yo te conozco tanto, que podría jurar estás llorando porque no me olvidas. Y lo peor del caso es que de ti sé tanto, que vas a dar clases intensivas al futuro sobre mi vida, la de Tirone, el único capaz de con sus versos crear esas maquinitas del tiempo para llevarnos a lo sublime de su razón.
